¿Preparados, listos, resplandor?
Ha decidido dar el paso y someterse a una terapia facial con láser. La promesa de una piel más suave, clara y brillante es demasiado tentadora para resistirse. Pero antes de alcanzar la perfección, es fundamental saber qué puede ocurrir después de que el láser se aplique en el rostro. Aunque los resultados pueden ser transformadores, el camino puede tener algunos baches inesperados.
El resplandor: Lo que promete la terapia láser
La terapia láser facial es como la varita mágica del cuidado de la piel. Promete reducir las arrugas, borrar las cicatrices, reducir los poros e igualar el tono de la piel. Tanto si está luchando contra cicatrices de acné persistentes como si busca invertir el reloj del envejecimiento, tratamientos láser puede ser el mejor amigo de tu piel. Sin embargo, como ocurre con cualquier herramienta potente, no todo es sol y arco iris. Conseguir ese codiciado resplandor a veces conlleva algunos efectos secundarios.
La recuperación no tan suave: Sequedad y descamación
Hablemos de lo que ocurre después del tratamiento. Puede que salgas de la clínica con la cara fresca, pero al cabo de unos días tu piel empezará a descamarse como si estuviera intentando imitar a una serpiente. La sequedad y la descamación son efectos secundarios habituales tras el láser. La piel se esfuerza por renovarse y parte de ese proceso consiste en desprenderse de las células viejas. Aunque es un buen síntoma de que la piel se está curando, puede hacer que te sientas poco glamurosa durante una o dos semanas.
Para combatirlo, abastécete de una crema hidratante suave y aplícatela religiosamente. Evita los exfoliantes fuertes, por muy tentador que resulte frotar para eliminar las escamas. La piel necesita tiempo para curarse, y ser demasiado agresivo puede provocar irritaciones o prolongar el proceso de recuperación.
Brille con precaución y cuidado después de la terapia láser
La clave del éxito de la terapia láser radica en su capacidad para cuida tu piel antes y después del tratamiento. He aquí algunas recomendaciones y medidas de protección:
Consulte a su dermatólogo: Antes de someterse a un tratamiento con láser, acuda a una consulta exhaustiva. Comprenda el tipo específico de láser que se utilizará y asegúrese de que es adecuado para su tipo de piel.
Prueba del parche: Considere empezar con una prueba de parche para ver cómo reacciona su piel. Así evitarás sorpresas desagradables.
El protector solar es su mejor amigo: Después de la terapia láser, su piel será más sensible al sol. Aplícate a diario un protector solar de amplio espectro SPF 50+, aunque sólo estés en casa. La exposición al sol puede provocar hiperpigmentación y otros problemas después del tratamiento.
Hidratar y humedecer: Mantén tu piel bien hidratada. Bebe mucha agua y utiliza una crema hidratante suave para favorecer la recuperación de la piel.
Siga las instrucciones de postratamiento: Cada tratamiento con láser va acompañado de unas instrucciones específicas para el postratamiento. Sígalas al pie de la letra. Evite el maquillaje, las duchas calientes y el ejercicio durante unos días para que su piel tenga las mejores posibilidades de cicatrizar.
La terapia láser puede proporcionarle ese brillo tan deseado, pero requiere paciencia y los cuidados adecuados. Si conoce los posibles efectos secundarios y se prepara para ellos, podrá disfrutar de los beneficios del tratamiento con láser y minimizar las molestias. Así que, antes de brillar, asegúrate de que estás preparado para cuidar tu piel como la joya preciosa que es.